Según la tradición china existe un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.
Hace ya más de tres años y medio que empezamos a andar un largo camino para encontrar al otro lado del hilo la hija que nos está esperando.
A habido momentos duros, en los que en vez de avanzar, parecía que cada vez nos alejabamos más del final de esta historia.
A pesar del paso del tiempo, la ilusión de abrazarla nos animaba a seguir en ello, y por supuesto
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